lunes, agosto 04, 2008

¿DESAFUERO DE UN DIPUTADO?

Signorelli divide la interna colorada
El desafuero del ex intendente de Artigas que será votado por el diputado causó encontronazos entre los legisladores. Washington Abdala dijo a Observa que en temas vinculados a la "legalidad" es bueno que no exista una única lectura.


Tras la decisión de la Convención Nacional del Partido Colorado (PC) de dejar en libertad a sus legisladores para votar o no el desafuero del diputado Carlos Signorelli la interna colorado se dividió. Si bien algunos representantes del partido como el ex presidente Julio María Sanguinetti se mostraron contrarios a esta iniciativa, otros ya aseguraron que votarán para que el ex intendente de Artigas pueda ser investigado libremente por la Justicia por supuesta irregularidades en su gestión.

El diputado Washington Abdala dijo a Observa que votará el desafuero a pesar de que varios de los dirigentes del PC se manifestaron en contra: "Considero que los partidos deben estar divididos en temas de prioridad moral en donde aspectos vinculados a la legalidad están en juego. No necesariamente se debe imponer una única postura", señaló.

Para el legislador es bueno que no exista "una lectura única" sobre el tema "ni que una postura se imponga sobre el resto". El diputado indicó que si bien el voto divide las aguas en el PC, "la crisis colorada tiene otras causas más profundas".

El ex presidente Sanguinetti manifestó que no es partidario de los "linchamientos" y aseguró que el PC ha tenido que soportar imputaciones de todo tipo, según publica este lunes el diario Últimas Noticias.

Por su parte el sector liderado por Pedro Bordaberry, Vamos Uruguay, anunció que también acompañará el desafuero.

La Comisión de Constitución y Código de la Cámara de Diputados aprobó la semana pasada por unanimidad (siete votos en siete) el desafuero del ex jefe comunal.

El desafuero solicitado por la Justicia para el diputado colorado, permitirá que éste concurra a declarar sobre supuestas irregularidades en el manejo de fondos durante su administración como intendente.

miércoles, junio 25, 2008

MIEDO

(Publicado - El Observador 25/06/08)

No hay uruguayo que no haya vivido alguna situación de inseguridad en los últimos años. No hay uruguayo al que no le hayan comentado de la existencia de lugares específicos donde hay “bocas” de pasta base. No hay uruguayo que no sienta el temor ante la delincuencia que se desparrama en el país. No hay uruguayo que vea la televisión y no se asombre de los dementes que violan menores de manera frecuente. No hay uruguayo que esté tranquilos al atardecer en casi cualquier lugar del país. Esta es la evidencia.
Es que la violencia, la inseguridad y el miedo se han apoderado de nosotros y como nunca hay una desconfianza generalizada hacia el sistema. Es cierto lo que han dicho algunos periodistas de que la legislación no alcanza para abatir estos problemas, pero sin alguna legislación nueva no hay manera de encarar los problemas nuevos. La legislación es sólo una parte del asunto, pero no debiera llegar como respuesta fascista sino como anticipación inteligente de esta sociedad violenta, fragmentada y nueva que nos toca vivir.
Los sucesivos Ministros del Interior de este gobierno han ido desde el planteo naïf hasta la soberbia a caballo. No hay manera de encarar uno de los tres temas más importantes en la vida de un país de esa forma y con tanta frivolidad. No se hacen nacer políticas de Estado en materia de seguridad a los gritos creyendo que estamos en el Estadio Centenario.
Los partidos políticos saben que tienen que hablar y pensar sobre inseguridad y el gobierno hace mal en creer que no se tiene derecho a manifestar posiciones al respecto. O hace muy mal al creer que solo es electoralismo lo que motiva a los actores a expresarse. ¿Qué debieran hacer los partidos de oposición? ¿Tal vez aplaudir una gestión deficitaria en materia de rapiñas, violencia doméstica, desapariciones de personas y violaciones de menores?
El gobierno ahora se dirige hacia un enfoque más pragmático del tema. Claro, tuvo que gastar tres años con experimentos, como el de la “humanización” carcelaria y su maravillosa liberación de reclusos, para ahora ir hacia el otro extremo y endurecer inéditamente el enfoque en materia de seguridad. Casi se lleva la Constitución por delante, en ese péndulo loco en el que se metió el Poder Ejecutivo, pero al final primó la razón y nació el Código de Procedimiento Policial de una vez por todas. ¿El gobierno habría votado este código si fuera oposición? Me temo que la respuesta es obvia: durante 20 años tiró piedras contra cuanta iniciativa legal aparecía y siempre creyó que era inflación penal todo aquello que se planteaba en materia de seguridad ciudadana. Tuvieron que llegar al gobierno, ver que hasta a los ministros los robaban por todos lados, para advertir que “está brava la cosa”. Duro precio el que hubo que pagar.
Lo que resulta llamativo es que no se entienda que la Policía tiene que ser jerarquizada de una vez por todas. Y no sólo en el plano salarial, sino también en su calificación y en su respetabilidad hacia la sociedad toda. Esto trasciende el Código de Procedimiento Policial y se traslada hacia entender y ponernos de acuerdo sobre qué tipo de Policía queremos en el país, qué niveles educativos debe poseer y qué grado de respetabilidad tiene que generar.
La izquierda gubernamental, que todavía tiene reflejos de venganza vinculados al quebranto institucional, no asume con seriedad que si no hay una Policía jerarquizada y mejorada en sus aspectos funcionales básicos, no cumplirá el mandato constitucional de velar por la seguridad y el orden interno de la nación.
La Policía todavía siente desconfianza hacia la izquierda gubernamental y la izquierda gubernamental todavía le tiene desconfianza a la Policía. En ese contexto, el único que pierde es el pueblo, que es el verdadero damnificado por semejante tensión.
Esas son las señales de madurez que los gobernantes tienen que dar de una vez por todas si quieren dejar de ser sólo el partido que enfrentó a los partidos históricos —y ganaron por ello— para transformarse en una propuesta seria, con acentos y tonos propios. No alcanza con ser los anti-partidos tradicionales; ahora, además, hay que hacer las cosas bien. Y por esto es que, en parte, en estos días se les cae la estantería. Aquellos que les prestaron el voto no los ven preservar a la clase media, no los ven abatir la pobreza y no los ven cuidando a los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos. ¿Por qué razón habrían de votarlos otra vez?

miércoles, junio 11, 2008

El PAIS DE LOS LADRONES

(Publicado - El Observador 11/06/08)
No existen las casualidades. No es casualidad que el tema de la inseguridad esté en boca de todos. No es casualidad que los medios de comunicación tengan que dedicar gran parte de su programación a destacar los hechos delictivos. Tampoco es casualidad que buena parte de los políticos se encuentren analizando soluciones en materia de seguridad ciudadana.
Algunos sostendrán que es puro sensacionalismo y electoralismo, más procurando eludir responsabilidades que buscando una justa explicación. No piensan que la prensa recoge lo que está sucediendo y que los dirigentes políticos pretenden atender alguna demanda insatisfecha. Tontos serían si no brindaran su parecer.
Es que hace tiempo que quedó enterrada la presunción de pretender interpretar la inseguridad como una sensación. Quién puede atreverse a discutir —que no sea el Gobierno, claro está— el explosivo aumento del número de delitos de los últimos tiempos, y de la rapiña y las violaciones en los años recientes. El país arde de ladrones.
Quién puede ignorar el incremento de la violencia, el uso de las armas de fuego, el descenso en la edad para el inicio de las conductas delictivas y la presencia de la droga. Si hasta figuras prominentes del Gobierno, dirigentes sindicales y legisladores de todos los partidos, han sufrido el embate de los “amigos de lo ajeno”. La ministra María Julia Muñoz, el prosecretario Jorge Vázquez fueron robados y connotados miembros del partido de gobierno mientras participaban de un consejo de ministros itinerante les robaban el celular. Sin comentarios lo de la fiscal: negociar con los ladrones, muy lindo, muy aleccionador para la población. Un bello ejemplo de que ni ella cree en las instituciones. Solo cuando gana la anomia pasan estas cosas.
Además, tenemos la fuerte convicción de que la ciudadanía sensata no define la seguridad como la ausencia total de delitos, sino que lo que pretende es que las autoridades competentes demuestren con hechos que están haciendo lo necesario para controlar la situación. Si al aumento de los delitos y la violencia, le sumamos las bajas expectativas ciudadanas respecto a las políticas del gobierno en este tema, lo que tenemos garantizada es la perpetuación del sentido de desprotección. Y los delincuentes tienen pituitarias afinadas para detectar el terreno fértil para delinquir.
Tenemos un Gobierno ausente. El Gobierno no tiene respuesta legislativa, porque asume que cualquier medida en esa línea es mera inflación penal. No tiene respuesta presupuestal, porque el Ministerio del Interior se parece cada vez más a la “cenicienta” del presupuesto nacional y no tiene una “movida” corporativa que presione a las autoridades. El Gobierno no tiene respuestas en el plano de las acciones de prevención y represión (dígame alguien, cuáles han sido las medidas adoptadas en la materia que hayan alcanzado resultados cuando aún no se aprobó el código de procedimiento policial. Total está todo tan bien…).
Finalmente, el Gobierno ha perdido —si es que alguna vez lo tuvo— liderazgo en el tema, porque el “vedettismo ministerial” podrá ser una pintoresca práctica televisiva, pero no se lleva bien con la seriedad y eficiencia con la que deben manejarse los asuntos públicos, mucho más aún cuando lo que está en juego es la vida de la gente. Las cabalgatas, el cantar tango en los medios y los exabruptos discursivos,( ¡que nos quiten lo bailado!) no van a reducir la cantidad de rapiñas. Menos aún servirán las reuniones de políticos con el presidente de la República por este tópico. El Dr. Vazquez no ha hecho nada por la seguridad y no va a hacer nada cuando faltan quince minutos para terminar el partido.
La pregunta que nos hacemos todos es cómo se empieza a arreglar semejante descalabro, porque vamos directo a un desastre de marca mayor. Esto termina muy mal. La seguridad pública no es un tema de rango menor. Hace a la esencia misma de la legitimidad democrática. Que las instituciones garantes del orden público sean displicentes y apáticas a la hora de combatir la delincuencia hace añicos la confianza en dichas instituciones y, en última instancia, pulveriza la institucionalidad democrática toda. Que el delincuente no pague por su crimen y que el victimario importe más que la victima, erosiona el Estado de Derecho, cuya esencia es garantizar la convivencia del ciudadano en sociedad. Cuando da lo mismo ser honrado que ladrón, no hay posibilidad alguna de que el orden en libertad sea una realidad tangible. Ya nada vale nada.
Que el último apague la luz.

miércoles, mayo 28, 2008

LA MAQUINITA SE LOS TRAGA

(Publicado - El Observador 28/05/08)
Cierto día, varias décadas atrás, un grupo de personas advirtió que la única manera de derrotar el predominio de los partidos fundacionales era ir avanzando en la conquista de “valores culturales” que permitieran un cambio en el modelo político que el país vivía desde siempre. Así, la llamada izquierda “moderada” comenzó a tejer consciente e inconscientemente una serie de redes en el espacio de la sociedad civil, de manera de ir creando clima, conquistando pareceres, generando complicidades compartidas, para ir aproximándose a la lejana conquista del poder. Simultáneamente, la izquierda “radical” –tupamaros y otros actores más o menos afines a éstos- sólo apostaba a la vía violenta para ir desgastando la institucionalidad democrática. Dos modelos que, en realidad, se complementaban al final del camino. Este fue un eje obvio en el recorrido que ambientó la conquista del gobierno por parte del Frente Amplio en las últimas elecciones. Primero ganaron la batalla cultural, ganaron las cabezas de mucha gente, luego el camino de las urnas, ayudado por la demografía electoral, hizo el resto.
Los partidos históricos nunca comprendieron demasiado bien la lógica gramsciana –de avanzar en todos los terrenos de la sociedad civil- porque la visión republicana de ambos les impedía apostar al copamiento de lo social manejado como un plan de captura de poder. Es cierto que el Partido Nacional de la reconquista democrática parece advertir esta debilidad y Wilson Ferreira Aldunate alienta a la Secretaría de Asuntos Sociales de su colectividad -de su propia factura- a tener un tono más activo en varios espacios sociales que eran monopolio exclusivo de ciudadanos de izquierda. Los colorados –siempre tan asentados en la lógica del poder- no tuvieron demasiada participación en esas áreas porque su accionar lo desplegaban desde el gobierno y con eso -creían- era más que suficiente. Los escasos núcleos que sí lo comprendieron, nunca lograron un efectivo respaldo orgánico del partido.
A su vez, el ejercicio de poder inevitablemente –con razón o sin ella- genera desgastes, erosiones y perfila a ciudadanos que el cuerpo electoral termina rechazando de manera frontal por aquello que hacen mal, pero también por aquello que apenas se presume -o hasta se fantasea- que hacen mal. Los propios adherentes al partido de gobierno de turno sienten que algunos individuos incumplen el mandato por el que han sido ungidos para llevar adelante una gestión de gobierno. Esa percepción –no siempre alejada del sentido común- genera una enorme tensión que somete al gobierno de la hora a situaciones difíciles, cuando no espantosas, en las que se termina buscando disimular la actuación de gente que la sociedad ya sentenció -muchas veces sin razón, pero muchas otras con sobrados motivos- como ciudadanos nefastos para el país.
Cuando la izquierda era oposición sabía aprovechar los errores y los casos de corrupción que algunos actores de los partidos históricos propiciaban y destruía así, desde lo formal, desde los medios, y desde lo informal también, en el boca a boca, las reputaciones tanto de tristes personajes como de ciudadanos honrados a los que no se dudó en enlodar. Se militaba en esa causa de manera “abnegada” y creando polarización con la implacable lógica de la teoría del enemigo. En la lógica actual, los partidos históricos no saben recorrer bien ese camino, porque no está en su tradición cultural, y son los medios de comunicación los que ocupan el principal lugar en el terreno de la denuncia a situaciones en que aparecen comprometidas la probidad moral de determinados funcionarios o el respeto que dispensan a la legalidad. Pero, en general, lo hacen sin militancia y sólo desde el encuadre informativo. No existe la tal “orquestación” de la que se queja –sin razón- el Presidente de la República.
O sea, la izquierda desde la sociedad civil y desde la erosión -con denuncias reales y falsas de corrupción- fue construyendo una parte sustancial de su plataforma para alcanzar el poder. Hoy se viene autodestruyendo con la misma metodología con la que logró el éxito. Abandonó la sociedad civil, que ya no es monocolor y que se siente, en vastos sectores, profundamente defraudada por un gobierno voraz en lo tributario y distante en la casuística social. Y los casos de corrupción o inmoralidades que les explotan en la cara, los vienen asfixiando ante ese público que les prestó el voto creyendo que “eran diferentes” y ante cierta izquierda que de veras se sentía integrando el partido de los apóstoles de la ética. Así las cosas, quién diría que el propio veneno que inyectaban por todo el país, los iba a autoaniquilar. La maquinita inventada se deglute al inventor, y parece disfrutarlo. Quién diría.

domingo, mayo 18, 2008

a los idiotitas de siempre

Yo creo que hay una barrita de idiotitas que tienen poco que hacer con sus vidas. Entran al blog, destilan veneno, luego abren la heladera comen algo agrio, van a baño y lo matan de mal olor. Ay chicos, son tan idiotitas que no gasto un minutito más en vuestras miserables vidas. Bye, Bye

miércoles, mayo 14, 2008

CADENA PERPETUA

(Publicado - El Observador 14/05/08)

La inseguridad pública es uno de los temas de mayor preocupación de la ciudadanía. Lo dicen las encuestas, pero alcanzaría con advertir lo que se palpa en la calle. La gente está atemorizada por sí y por sus seres queridos. ¿Qué mayor inseguridad puede existir que la de no poder caminar tranquilo por el barrio? Si no estuviéramos ante un tema trágico, diríamos que es jocoso evaluar la seguridad pública considerando la cantidad total de delitos como intenta hacer el Gobierno. Ofende la inteligencia un encare de esa naturaleza cuando para todos es evidente el problema.
El “cuántos delitos pueda haber” es un aspecto de la cuestión pero no el único y mucho menos el más importante. El objetivo de una sociedad no es la ausencia total de delitos sino la supresión del sentido de amenaza cotidiana y el afianzar la certidumbre de que el delito paga, y que pagará más cuánto más grave sea el mismo. Todo esto junto a que las autoridades competentes demuestren con hechos que están tomando los recaudos necesarios para controlar y abatir el peligro. Este Gobierno es sinónimo de esos tres objetivos, pero al revés. Se está llegando al punto en que la ciudadanía quiere hacer justicia por su propia mano como en el caso de la niña Pamela. La gente se cansa de tanta inoperancia y empieza a recorrer caminos peligrosos para todos.
Recién ahora parece que el Ministerio del Interior estaría pensando en cómo combatir el delito de rapiña y asume que tiene un impacto mayúsculo en la inseguridad. Necesitaron que, semestre tras semestre, la cantidad de rapiñas se disparara para convencerse. Lo dijimos hace meses, el tema requiere un cambio de enfoque para poner el acento en los delitos de mayor impacto social, es decir aquellos cuya repercusión en términos de inseguridad, intimidación y amenaza son más que evidentes. Estamos hablando, fundamentalmente, de rapiña, hurto, copamiento, homicidio y violación. No puede haber dos opiniones sobre la conmoción social que provocan estos delitos. Hay que multiplicar las acciones focalizándolas en estos flagelos. Y si hay que romper la simetría penal proponiendo que el violador y homicida de menores tenga cadena perpetua no habría que tener temor en avanzar en esta línea. Es gente irrecuperable que no merece otra cosa de la sociedad. No es inflación penal, es lo que hay que hacer ante esos bárbaros para terminar con el daño social que producen definitivamente.
Para el frenteamplismo en el gobierno es una cuestión difícil ya que supone abandonar la teoría que sostuvo desde siempre de que la delincuencia se explicaba (y hasta se podía justificar) por un tema de pobreza. Minúsculo razonamiento, diríamos, porque si bien las condiciones sociales son un factor no desdeñable, es una explicación parcial y hasta engañosa, al punto que puede llevarnos a ver las cosas como si estuviéramos frente a una cuestión de “pobres” contra “ricos”. Nada más maniqueo.
Despreciar elementos claves en la inseguridad tales como la presencia de bravucones violentos en las calles, “barras” de drogadictos en esquinas, limpia vidrios que obligan a “contratar” sus servicios de “pesado”, y otras decenas de situaciones que la gente conoce, es mofarse de las condiciones de seguridad con la que se vive en esta república. Se trata de no es discriminar sino de entender que el fenómeno de la seguridad pública es complejo, multicausal y no se aborda con ideologismos y prejuicios como hasta ahora. Ya bastante tuvimos con la ley de liberación de presos. El mayor mamarracho en esta área vestido de romanticismo trasnochado. Así nos fue.
El Gobierno es el principal responsable de la inseguridad ciudadana. Se muestra flexible ante el delito, débil ante el delincuente y omiso en concebir planes sustantivos que arremetan contra el estado de inseguridad que padece la población. La ministra es buena en marketing comunicacional, ahora se requiere que sea buena en su gestión. De lo contrario solo la recordaremos por aquella folclórica cabalgata y por una inoperancia sin igual. Poca cosa para tanto sonido de tambores.

miércoles, abril 30, 2008

SOCAVANDO EL DERECHO

(Publicado - El Observador 30-04-08)

Una de las peores cosas que le pueden suceder a una democracia es ir minando sus soportes hasta terminar afectándola de muerte. Eso es lo que parece suceder con unas cuantas reglas del Estado de Derecho, las que vienen siendo alteradas de manera grosera por un accionar gubernamental que se siente investido, de forma mesiánica, por una verdad todopoderosa. Es tal el dogmatismo, que los gobernantes —aun conscientes del incumplimiento de las reglas— continúan buscando sus objetivos a como dé lugar. Nada los detiene en su recorrido. Total, sienten que tienen razón y por ello cualquier desborde está justificado.
Digamos las cosas como son: el gobierno actúa bajo la máxima “in dubio pro operario”. O sea, en todo aquello en lo que tiene alguna interrogante, la solución es a favor del trabajador... sindicalizado, a instancias de un sindicalismo poderoso como nunca. Lo que no se evalúa con ese talante es que de continuar sin posturas equilibradas, se va a ir matando al trabajo verdadero, porque la inversión sentirá que la balanza está desnivelada para un solo lado. No se trata en absoluto de aplaudir a las patronales; se trata de encontrar el punto óptimo en el que el capital y el trabajo convivan en un marco de productividad saludable. Si el partido, antes de jugarlo, ya tiene un ganador, las cosas entonces están mal planteadas. Los empresarios —que en este país no son muy amigos del riesgo— ante el panorama que se presenta, empiezan a rechazar cada vez más las aventuras de los emprendedores que arrancan con la cancha minada. Y quienes tendrán más para perder, con ese estado de cosas, serán los desempleados, ya que nadie contrata un trabajador para comprarse un problema.
Lo de la imprenta Vanni fue aleccionador. Más de dos años de ocupación de trabajadores —más algún avivado que se quiso hacer empresario con los bienes de otro— y cuando los que intervienen son trabajadores que quieren salvar su empleo, el gobierno llega al extremo de intervenir, sin respaldo jurídico que avale su actuación. Hasta hoy no se comprende cómo los asesores legales de la empresa, actuando en calidad de custodios de la misma como fue dispuesto por el alguacil, fueron expulsados del recinto sin mandato judicial y por órdenes verbales de autoridades policiales. ¿Es acaso posible que la Policía pueda actuar sin un respaldo del juez en un caso como el que referimos harto complejo y tironeado de distintos lados? ¿Es democrático que al boleo la Policía —por órdenes verbales formuladas desde el Ministerio del Interior— actúe de esa forma?
Todo lo que viene pasando con la Suprema Corte de Justicia es penoso también para las instituciones. Al novel miembro de dicho cuerpo le tocará, inevitablemente, satisfacer a unos y excitar a otros. Es que, penosamente, el asunto se jugó en clave de “ganadores” y “perdedores” en el terreno político y ese no puede ser nunca el abordaje de aspectos tan delicados para la nación. Sólo el enfoque técnico debiera ser central en la mirada del juez. ¿Pero quién le creerá que así actuó si se decide por la inconstitucionalidad del irpf en materia jubilatoria? Y si recorre el otro camino... ¿le quedará a alguna gente la impresión de que la presión fue tan fuerte que pudo alterar su parecer? Sea como fuere, estas meras cavilaciones empobrecen a toda la Justicia y, con ello, al Estado de Derecho.
¿Y qué decir de la pretensión de —nada menos— “anular” la Ley de Caducidad, esa por la que el Prosecretario de la Presidencia acaba de estampar su firma en medio de un gran despliegue mediático? El instituto de la “anulación” de una ley —cualquier ley— es completamente ajeno a nuestra tradición jurídica. Pero es mucho menos concebible en la tradición penal liberal de la que —con todos los defectos procesales que se quiera— Uruguay es tributario. Incorporar a la Constitución la anulación de una amnistía, arrasa con siglos de cultura jurídica occidental. Se haría tabla rasa con el principio de ley penal más benigna, con el de irretroactividad de la ley penal, con el de seguridad jurídica y con la lógica pura, porque aquello que fue extinguido (ciertos delitos) no puede resucitarse en un pase mágico jurídico-político.
En definitiva, son demasiados elementos que dan cuenta del escaso republicanismo que aqueja al oficialismo. Y por ese sendero, se va socavando el Derecho y, con ello, a la larga se afecta la libertad de todos.

lunes, abril 21, 2008

EL OBSERVADOR - 21/4/2008

«La gente pide acuerdos de blancos y colorados».
EN LÍNEA. WASHINGTON ABDALA: DIPUTADO DEL FORO BATLLISTA

¿Cómo ve la situación creada por el enfrentamiento entre la Corte y el gobierno? Me parece una tensión nefasta para la calidad de la democracia. Cuando hay que defender a un poder del Estado por presiones desde el poder gubernamental es porque se anda por mala ruta. Es grave meterle el peso a la Corte.

¿Cómo evalúa el papel jugado por la oposición en este tema?

Se hizo lo posible para levantar la voz desde el llano, quejándonos por lo que sentíamos que es un tributo injusto y malo para la gente. Lo de la Suprema Corte de Justicia vino a darnos la razón. Nosotros no incitamos a nadie, hay que histeriquear mucho para ver las cosas así. Una porción de ciudadanía se rebeló, eso fue todo.

En la interna colorada, ¿a Pedro Bordaberry se le gana solo presentando un candidato único del Foro y de la 15?

Yo no pienso todo el día en el tema interno, de veras, aunque no me crea. Mi problema es como levantar al partido para meternos en la elección nacional. Ese es el desafío que tenemos los colorados. Hasta ahora no hemos consolidado las otras corrientes, o la otra corriente, pero va llegando la hora de definiciones. Todo llega.

Usted manifestó vocación de precandidato presidencial, ¿cómo se está manejando en la interna de su sector?

Sigo ofreciendo lo mejor de mí para que el partido levante, con coraje y con entrega. Ser candidato colorado hoy es bravo, pero esas son las movidas que hay que jugar a fondo. En las fáciles habría cola para encabezar el partido.

¿Cree que Bordaberry provoca dudas sobre su posición frente a la pasada dictadura?

Mire, los certificados de fe democrática los da el pueblo. Será la gente la que laudará con su parecer a los que siente mejor para representar a mi colectividad. No pienso criticar a nadie en un momento delicado como el que vivimos. El horno no está para boyos. La gente nos exige unidad y tiene razón. Yo lo acepto. Hasta nos piden que nos entendamos con los blancos para sacar al gobierno. Así de clarito es el reclamo. Y a mi resulta supercoherente. Estoy harto del gobierno.

¿Sería el candidato a vicepresidente de Bordaberry?

Mejor dicho, ¿él no podría ser mi candidato a vicepresidente?

El batllismo es patrimonio del Partido Colorado? ¿O ya forma parte de otros partidos?
El Uruguay batllista fue una revolución política y cultural que se metió en la cabeza de buena parte del país desde hace décadas. Las banderas andan por todos lados. El Frente Amplio insinuó vestirse con esas ropas pero en seguida apareció esa visión confrontacional que tienen en el alma: sectores emprendedores versus los más humildes, sindicalistas protegidos versus patronales, jubilados clase A versus jubilados clase B. Eso no es Batllismo es revanchismo.
¿Y cuáles son las cualidades del batllismo que ofrecen ustedes?

Yo hice el viaje de un estatismo dirigista hacia un modelo atenuado donde el gasto público exagerado es un veneno para la democracia. Los batllistas del tiempo que viene tenemos que ubicar nuestro enfoque allí: menos gasto público y más foco en lo que se haga por el Estado. Esto no es ser neoliberales, es simplemente no ser tontos.

miércoles, abril 16, 2008

EL PARTIDO COLORADO

(Publicado - El Observador 16/04/08)
Las circunstancias que viven los colorados, a pesar del escepticismo de los analistas para con este partido político, parecen ser bastante mejores que hace tres años cuando se enfrentaron a una caída electoral de dimensiones descomunales.

La colectividad de Rivera en estos años viene transitando una línea de reconstrucción interna, donde lo organizativo no es menor y dentro de un escenario en el que surgen cuadros políticos jóvenes, fruto de una elección juvenil que asombró al más optimista. A su vez, los temas ideológicos y éticos están presentes en el calendario de preocupaciones de los batllistas, lo que asegura una plataforma con todo el menú básico bien servido para los próximos meses. Se han hecho las cosas con responsabilidad y el nuevo Partido Colorado que habrá de aparecer tendrá toda una ingeniería interna acorde a la época en la que estamos. No hubo improvisación.

Es cierto, todo esto no luce demasiado porque los focos pretenden de manera obsesiva noticiar sobre quién será el portaestandarte colorado y poca importancia le asignan a lo sustancial que existe por detrás y respaldando a esa candidatura presidencial. Es curioso que nadie repare en todo esto cuando es medular saber si la empresa tendrá viabilidad o si sólo es una pantalla la que se presenta ante los ojos de todos.

Imagine el lector la elección del CEO de cualquier emprendimiento en el que no hay ni un plan maestro, ni recursos humanos, ni gerencias que acompañen la gestión de la autoridad... En fin, estaríamos ante un desafío imposible. Por mejor que fuera ese liderazgo empresarial, no habría forma de sacar adelante lo que no tiene ni contenido, ni respaldo. Por eso, en esta circunstancia, el Partido Colorado tiene la obligación de mostrarse como un todo. Sólo si se presenta ante la ciudadanía con una concepción de conjunto —de mujeres y hombres— al servicio del nuevo tiempo que ingresará en el país, será creíble su oferta electoral. La ciudadanía capta todos los mensajes y cada vez más decodifica con precisión la oferta verdadera que se le presenta. Elencos atractivos de gobierno, gente con experiencia y renovación generacional, deberán ser las pócimas a mezclar con sabiduría.

Este es, además, un desafío comunicacional que deberán pensar a fondo los colorados. Porque la tendencia que viene instalándose en el país es una bipolaridad entre el gobierno y el Partido Nacional. En esa polarización se corren riesgos fuertes para los batllistas, al no ser visualizados inicialmente por una incomprensión natural de las reglas del balotaje: la gente tiende a premiar a quien observa con más chance al principio de ganar la batalla. No quiere decir que esto sea así luego, pero en el arranque de esa manera están ubicados los jugadores.

Es muy difícil el desafío colorado, pero no es imposible. Para ello no puede haber errores, tiene que existir una cuota de acierto neto, algo de azar y el rival debe equivocarse. Nada sencillo, ciertamente, pero todo posible dentro del mapa de probabilidades políticas.

Si alguien hubiera dicho que el encare colorado iba a ser tan relevante en la defensa de los derechos de los jubilados por la aplicación del IRPF, con franqueza nadie habría creído semejante enfoque. Sin embargo, desde hace un año y medio —con paciencia infinita— este es el tema principal de buena parte de los batllistas. Por cierto, llovieron las acusaciones: demagogos, oportunistas, contradictorios. Sin embargo, el camino se sigue recorriendo con obstinada actitud, sabiendo que eso es bueno para el país.

Hay que encriptar a las jubilaciones del debate político, por eso una enmienda constitucional clausura el tema para siempre. Y los resultados están a la vista: porque en la principal equivocación del gobierno para con los contribuyentes, los colorados estuvieron a la altura de las circunstancias para defenderlos.

Este es un buen ejemplo de cómo se puede desde cualquier escenario lograr la comunicación de valores y actitudes que —luego— se contagian en la sociedad y se reproducen a pasos inimaginables. Es posible, entonces, comunicar verdades que, al principio, suenan difíciles de presentar en escena.

miércoles, abril 02, 2008

Derecha, conservadores, fascistas…

(Publicado - El Observador - 2/04/08)
¿Quién lo iba a decir? ¿Quién iba a imaginar que en tan poco tiempo se manejarían los mismos argumentos que los partidos históricos usaron para introducir algunos cambios estructurales en la sociedad uruguaya? ¿Quién creería que la aceptación de la inversión privada y el orden fiscal iban a ser caballitos de batalla gubernamentales (por ahora, más retóricos que prácticos)? ¿Quién pensaba que los mismos que no ambientaban un acuerdo de país a país con Finlandia —para orquestar los entendimientos tipo Botnia— serían los que hoy se llenan la boca con esas inversiones?

Es que no es cierto que este gobierno no sorprendió. Para mi sorprendió y mucho. Claro, todo dentro de un contexto bastante cínico y contradictorio.

El cinismo lo detectamos en las diversas posturas manejadas según como convenga el asunto. Un ejemplo, el caso Colombia. El gobierno emite un mensaje mesurado, la mesa política de la coalición de gobierno defiende a Chávez y critica gruñendo a Colombia y cada legislador frentista se para según su particular visión ideológica. Algunos, incluso, idoltrando al líder de las FARC. Murgueril y cambalachesco, pero cínicamente planteado, con premeditación absoluta. Se paran en todos los mostradores y a cada parroquiano le venden el buzón del caso. Chin, chin.

Contradictorio, a su vez, en diversos planos. Elijamos alguno, el los asuntos de seguridad pública. Empezaron liberando presos (pobres muchachitos, son víctimas, no victimarios…) y luego, cuando la sociedad toda gritaba desesperada de miedo, cambiaron al Ministro, pero todo siguió igual. Si, hay más marketing, la Ministra es hábil declarante pero las rapiñas y la violencia doméstica siguen empujando la sociedad hacia una colombianización horrenda que nadie parece ver. Sin embargo todo sigue igual. La Policía no se logra motivar. Y la violencia cada día está mas internalizada en todos lados. Los chiquilines que antes pedían limosna en las esquinas van siendo desplazados por jovencitos chorros que amedrentan a cuanto distraído circula por la ciudad en diversos semáforos. ¿No lo ven? ¿Se hacen los bobos y miran para otro lado? ¿O no quieren tomar medidas porque tendría costo político? ¿Cuál es el discurso verdadero del gobierno?

Es que no se puede gobernar en un cúmulo de contradicciones permanentes. Ganan con los votos de la clase media y la atropellan con el IRPF. Los trabajadores de este país, los emprendedores del Uruguay, sienten que no vale la pena dar la batalla por prosperar porque el Estado se los traga. La tienen perdida, ya lo saben. Allí también dejaron por el camino apoyos que los llevaron al gobierno. Es que traicionaron a sus votantes. Sencillo.

Parte de todo esto es la caída en las encuestas del gobierno. No se trata de otra cosa. El Presidente puede tener algún punto más, pero es nominal la cosa. El gobierno hace agua porque la gente se desilusionó. Hasta los grupos radicales se van de allí. Es que no son ni chicha ni limonada, ese es el asunto. Y no se puede seguir lloriqueando o histeriqueando con la herencia del pasado. No se lo cree nadie. (Y eso que no le agrego un punto a los casos de dudosa probidad moral de actores y familiares del gobierno… porque no sé cuánto pesan esos asuntos).

No se puede gobernar un país al estilo Vázquez, con un manual de resolución de conflictos pero sin una hoja de ruta clara. Acá no se contuvo el gasto público —todo lo contrario— y eso Astori sabe que es así. Acá no se premió a ningún sector de la vida económica del país, más allá de aquellos que ya venían siendo estimulados desde hace años. Acá no hay una política que prevea la caída de la economía planetaria y que haga colchón ante una crisis. Acá hubo mucho de inercia, bastante de suerte y poca cosa más para estar como estámos.

Y lo gracioso es que se pasan la vida inventando adjetivos descalificadores como los del título del artículo. Buscando dañar a las colectividades históricas, pretendiendo dejarlas ubicadas como opciones reaccionarias. Es que sólo ofende quien carece de argumentos. Por eso creo que el gobierno empieza a vivir el infierno que construyó. Qué poco duró el palacio. Quién lo diría.

jueves, marzo 27, 2008

EL PAÍS - 27/03/2008

Abdala inquiere sobre negocios de Vázquez hijo en Venezuela Dijo que empresarios temen denunciar que fueron desplazados.

El diputado del Foro Batllista Washington Abdala denunció que empresarios locales quedaron desplazados en negocios informáticos con Venezuela ante la opción de ese país de comprar software a empresas en las que está vinculado Javier Vázquez, uno de los hijos del presidente de la República. Dijo que estos empresarios "tienen temor a contar estas cosas" porque se trata de negocios por más de US$ 60 millones que involucran a alguien que no es "Juancito Rodríguez" y que "algún nivel de poder o influencia debe tener". Abdala demandó información acerca de cómo se eligieron las empresas que realizan negocios de software con el gobierno de Hugo Chávez a través del Fondo Bolívar-Artigas, en el marco de una convocatoria realizada ayer al ministro de Industria Daniel Martínez a la comisión de Asuntos Internacionales. Al legislador no satisficieron las explicaciones de Martínez y dijo a El País que seguirá reclamando información oficial "en los estrados judiciales" si no la aporta el gobierno. Abdala alude a los negocios de venta de software que un grupo de empresas uruguayas (Langecor, Geocom, MVD Comm y Tabena) realizan a reparticiones públicas venezolanas. En sala, el legislador dijo tener denuncias de empresarios uruguayos "que dicen que no fueron contemplados en los negocios informáticos" y le ofreció a Martínez compartir esta información "bajo la más estricta reserva". Abdala aseguró que los negocios informáticos con Venezuela se realizan sin marco jurídico y "se están haciendo a dedo, con discrecionalidad". Martínez dijo que "hace años" que Javier Vázquez trabaja en los negocios informáticos y señaló que los acuerdos con Venezuela suponen que el fondo lo maneja ese país que es quien decide la financiación de las compras que considera conveniente por lo que el gobierno o el Ministerio de Industria "no tienen absolutamente nada que hacer respecto a eso"

lunes, marzo 24, 2008

SE VIENEN LOS HISPANOS

(Publicado - El Observador 19/03/08)
Los gringos podrán ser criticados por muchas cosas pero armaron hacia adentro un país con tanta tolerancia y apertura que no faltará demasiado para ver a un presidente hispano en esa nación. Ya de por sí lo de Obama y lo de Clinton es revelador del grado de apertura que por allí hay. Los negros sienten orgullo y las mujeres también: ambos tienen candidatos en esta etapa partidaria. Y sigue la fiesta.
Leyendo un buen material de María Jesús Criado sobre las perspectivas sociodemográficas de Estados Unidos, no quedan dudas: en poquito tiempo se vienen los hispanos.

Hay que recordar que en 1970 los hispanos eran el 5% de esa nación y en el año 2005 llegaron al 15%. Esto demuestra que son los hispanos quienes hacen crecer más que nadie a esa nación. Si hacemos una proyección al 2050, las minorías encabezadas por la hispana sumarán más de la mitad de la nación, mientras que la población blanca no hispana caerá del 70% a la mitad. Y esto no es inmigración pura; es que la tasa de natalidad de los hispanos explota, mientras que la de los blancos anglosajones se enlentece cada vez más.

Estas proyecciones ambientan pensar en una nueva identidad de ese país, en un nuevo ethos y en una nueva visión que tendrá para sí y para el mundo esa población. Esa sí que es una revolución en un país que va a cambiar buena parte de sus perspectivas de vida de manera radical en poco tiempo.

Si tomamos California, para el año 2040 vivirán allí 26 millones de hispanos y representarán el 54% de la población estadual. Le recuerdo, amigo lector, que estamos hablando el Estado más rico de EEUU. Ya no será Arnold su referente, será algún Arnoldo, Ernesto o Alberto.

Y acá hay otro debate notable: los blancos anglosajones protestantes le van cediendo espacio a los hispanos de origen católico; es cierto, un catolicismo muy especial pero catolicismo al fin. Si recordamos a Max Weber, para quien la ética protestante fue la que matrizó a la colonización norteamericana y la que le dio su personalidad a ese país, y si advertimos lo que ineluctablemente sucederá, resulta sorprendente constatar la ductilidad del cambio real que allí se está produciendo.

Un país que ambienta tanta apertura y en tan poco tiempo, no es un pequeño país. Hace pocas décadas, los negros viajaban en autobuses distintos a los de los blancos y recién con Martin Luther King ese cambio hacia la igualdad empezó. No hace mucho de esto. Ahora le toca la los hispanos, siempre tan devaluados, hacer aquello que la mitología norteamericana ubicaba como “lo incorrecto”. Mientras, en realidad, las salvadoreñas eran mucamas, los nicaragüenses taxistas, los uruguayos pintores. Claro, la mitología pinta al colombiano como narcotraficante y al guatemalteco como líder de mafias y maras. Ahora ya sabemos que nada de eso era exactamente así. Que los medios mostraron una parte de la película, dado que la inmensa mayoría de la población hispana está construyendo esa nación a pulmón. La mayoría de los hispanos se rompía el alma –aún lo hace– para alcanzar una dignidad económica que en sus países de origen les era esquiva.

Va a ser raro ver a ese país en poco tiempo y no compararlo con este que está muriendo. Seguro que nos va a impresionar, pero seguro también que esa diversidad le dará una potencialidad descomunal, porque si la creatividad latina tiene el método y la dedicación del anglosajón, en fin, esa es una combinación que debería dar muy buenos resultados.

lunes, marzo 10, 2008

Tabaré ya no es el presidente de todos los uruguayos.
La verdad, creo que el personaje es insuperable. El solo verlo agitando a las masas, empujando por detrás de su partido -no de su gobierno- le hace un mal notable al país y a él mismo. No hay caso, no podemos salir de esa cosa medio berreta en la que de a poco nos metemos cada vez más. Y pensar que hay gente que lo miraba como a la Bachelet...
Toda las movidas de los Consejos de Ministros itinerantes son una "truchada" para volantear logros del partido de gobierno y para agitar las aguas haciendo campaña política. Sería imposible ver a un presidente serio en medio de ese griterío y adentro de tantas banderas partidarias exitado onda cantante de rock debutante.
Que curioso, se enoja con los gremios y le echa la culpa a los gobiernos anteriores por no poder cambiar lo que ganan los maestros. !No embrome Tabaré! no le tome el pelo a la gente, mire que la barra no es boba y ya se mata de risa de sus macanazos. Usted no sube los sueldos de los maestros porque no quiere, porque le ganó la burocracia central del aparato del Estado, porque no desea más líos con otros gremios, hasta Fernandez Huidobro se lo ha dicho. No se lo cree nadie ese versito de que le dejaron el país mal. ¿Hasta cuando esa sanata? ¿No es acaso real que sus números dan recuperación, crecimiento del producto bruto y caída de la tasa de desempleo? ¿No es cierto que hay menos deficit fiscal? ¿No es cierto que estamos exportando más y que ingresan más divisas al país? ¿Entonces como es la cosa, cuando le sirve el país anda como la mona y cuando no todo está divino? Con franqueza, que desfachatez tanto verso tirado al viento con tanto desparpajo.
Me encantó oír decir que no hay corrupción en su gobierno. Presidente: compre el libro de Alfano y Werner titulado "La mano en la lata" y se va a dar cuenta que también falta a la verdad en ese relato de Alicia en el país de las Maravillas donde la transparencia es absoluta en su gobierno. Usted sabe que como décía sabiamente su Vicepresidente antes -del curioso episodio de su hermano charlando lo indebido- y yo digo hoy: "hay olor a joda" en varios capítulos de la vida del país. ¿Tengo que repasar los temas? Casinos, negocios con Venezuela, publicidades otorgadas a dedo, indemnizaciones a grupos empresariales increíbles por demandas increíbles... no sea malo Presidente, si usted es un león y nadie quiere morir entre tus garras.
Usted mismo es increíble, no podría estar trabajando bajo situación de dependencia con nadie, lo tiene prohibido por la Constitución dado que no puede ser juez y parte al mismo tiempo y usted mismo se ríe del episodio porque, claro, usted se siente intocable y supersónico. Si supiera que todo tiene su tiempo...
En fin, me voy a dormir con su imagen de predicador revivido. Pensé que la presidencia le había colmado tanta demostración de histrionismo.No hay drama, al final la gente no es tonta y se da cuenta de la chantada. Lo de este Consejo de Ministros fue un galardón notable para seguir expulsando gente moderada, gente que le prestó el voto y que entre tanta soberbia y tanta bravuconada la están espantando a ponchazos. Pregúntele a los sabios asesores que lo rodean y si no le mienten advertirá que lo de ayer produce desencanto en muchos ciudadanos.
Ese de ayer no era un Presidente de todos, era el Presidente de un partido político empujando por la continuidad, no era el presidente de todos los uruguayos. Lástima caer tanto, lástima para el país por cierto.

miércoles, marzo 05, 2008

UN SEVERO LLAMADO DE ATENCIÓN

(Publicado - El Observador 5/3/08)
Como es público y notorio, el doctor Juan P. Cajarville presentó renuncia a la dirección del Instituto de Derecho Administrativo y a la Cátedra. Para quienes formamos parte de la Facultad de Derecho, esa dimisión representa una pérdida monumental. Pero además de ese sentimiento de pérdida, uno no puede menos que sentir una importante cuota de empatía por la frustración manifestada por Cajarville en su misiva de renuncia. Porque la pronunciada caída en el nivel académico de los estudiantes que ingresan a la enseñanza universitaria es un factor con el que venimos lidiando los docentes desde hace mucho tiempo.

Como he señalado en varias comparecencias públicas, las deficiencias que se registran en Primaria en matemática y lenguaje —asignaturas esenciales para la construcción de pensamiento lógico— generan consecuencias irreversibles, que se tornan crecientemente notorias en los sucesivos niveles educativos. Pero también —y ello es particularmente grave— en los más diversos planos de actividad. Algunos, de relevancia, como la Medicina o, ya que es el origen de esta nota, el Derecho.

El Derecho es una disciplina esencialmente lógica. Imagínese el lector que sus derechos terminen en manos de gente con severas deficiencias a la hora de interpretar un texto. Sin embargo, es un hecho incontrastable que tenemos estudiantes de Derecho con graves dificultades para entender textos y para redactar con corrección y coherencia.

Pero esas diferencias también se registraron entre estudiantes de Medicina, donde en un estudio llevado a cabo hace un par de años atrás, dio cuenta de que un 65% de los estudiantes de primer año tenía severos problemas de comprensión lectora.

Y acá hablamos de estudiantes universitarios. ¿Qué podemos dejar para quienes no terminan Secundaria, que son legión, como lo indican las alarmantes cifras de deserción? La alternativa que queda para esos jóvenes —y futuros adultos— es, en el mejor de los casos, encontrar empleos no calificados, de baja remuneración.

Días pasados, el profesor Germán Rama nos hacía reflexionar sobre estas cuestiones, poniendo en evidencia cómo se amplía en forma alarmante la brecha educativa en nuestro país, circunstancia que augura —de no adoptarse medidas urgentes y profundas— un porvenir prácticamente “subsahariano” para Uruguay. O sea, una minoría educada y con ingresos más o menos decentes y una masa sin calificaciones significativas, pobremente educada, mal remunerada y dependiente (y demandante) del poder estatal.

Mientras tanto, Uruguay continúa discutiendo no los contenidos de la educación, sino su gobierno, las cuotas de poder. Es el debate de hoy y fue el debate en el tablado que se montó el año pasado en el Palacio Peñarol. No parece haber otra cosa más relevante que esa. Prueba de ello es que nadie se sintió interpelado por las afirmaciones de Germán Rama.

Sin embargo —es indudable— Uruguay requiere un debate educativo urgente. Pero queremos que se discuta que hoy la mayoría de los estudiantes que ingresan a las universidades tiene severos problemas de comprensión lectora. Que la deserción en los liceos mete miedo. Que los niños llegan al liceo sin saber escribir correctamente y sin entender lo poco y nada que leen. No queremos discutir cogobiernos absurdos.

Estos muchachos que tienen severos problemas para leer un texto, no van a poder entender manuales. Y menos si están en inglés, tema “polémico” porque acá sigue habiendo gente que parece que cree que el inglés es una forma de “pentración imperialista”. Mientras tanto, en España, en la España de Rodríguez Zapatero y del PSOE, ya hay escuelas públicas completamente bilingües.

En estos tiempos en que a alguna gente se le ha ocurrido poner en cuestión la viabilidad del país y hasta su propia identidad como nación —asunto laudado por la propia historia— no debe haber mayor prioridad para asegurar la supervivencia de Uruguay como comunidad espiritual y de valores, como decía Wilson Ferreira Aldunate en certera expresión, que meternos de cabeza en el debate de fondo de la educación.

viernes, febrero 29, 2008

COLORADOS: A NO DESBOCARSE…

Mi abuelo, que era médico, siempre me decía que, después de una grave enfermedad, la convalenscencia hay que hacerla con cuidados extremos para no tener recaídas. Este simple consejo corre para los colorados. En esta etapa de recuperación electoral hay que tener sumo cuidado en no errar movimientos, porque éstos pueden ser letales.

Quiero ser más claro aún: la batalla colorada es con el gobierno, con lo malo del gobierno, con sus improvisadores, con su destrucción de la clase media y con su desaprovechamiento de una bonanza económica internacional, que ya empieza a languidecer. Ese —para mí— es el eje central del debate. Además, le voy a agregar las inmoralidades y corrupciones de varios frentistas, porque creo que nos faltaron a la verdad hablando de ética, cuando no reinaron para nada en ese tema. Una vida jugando con la moral pública y ya hay una barra procesada por corrupción pura y dura, algún senador expulsado del Parlamento y varias situaciones que terminarán en los juzgados de cosas complicadas…

No creo que la pelea deba ser tórrida entre colorados. Cada uno en su trillo, recorriendo su pensamiento y hablándole al país. Tampoco me veo —y quisiera que lo entendiéramos todos— discutiendo a muerte, en tono menor, con el Partido Nacional. Es verdad, somos identidades distintas. Pero no es menos cierto que hay una matriz republicana y democrática que nos vincula. ¿O alguien duda que en la segunda vuelta unos u otros nos daremos una mano para sacarnos a este gobierno de encima y pujar por nuestro proyecto humanista? ¿No se siente el clamor popular de la “buena onda” entre blancos y colorados? ¿O yo visito barrios en los que sólo a mí me piden que en la segunda vuelta estemos juntos para cambiar al “cambio”?

Además, el Partido Colorado todavía no levantó del porcentaje electoral que lo ubicó de manera magra en el escenario político nacional. Hay que empujar para romper la barrera del 10 por ciento. Y eso se hace batallando hacia afuera, procurando captar adhesiones independientes que en algún momento nos valoraron y que ahora están a punto de retornar si nos visualizan serios, sin discusiones entre los partidos adentro y con mínima fricción entre colorados y blancos. No voy a enojarme y a levantar la voz contra los blancos y espero que ellos hagan lo propio con nosotros. Al final nos necesitamos y eso es demasiado serio como para comprometerlo.

Por eso insisto en debatir, en intercambiar opiniones en torno a los grandes temas del país con seriedaed, con ideas, con programas, con proyectos y con vuelo. Esto no impide la pasíon. Por el contrario, la motiva. Pero aleja definitivamente el perfilismo marketinero y muestra quiénes son más sólidos y quiénes no.

Ojalá se entienda esto.

miércoles, febrero 20, 2008

LLEGA TARDE, DANILO

(Publicado - El Observador - 20/02/08)
No hay duda que para muchos uruguayos, los políticos son casi una desgracia, una mala palabra. Muchos demócratas —igualmente— sospechan que la comunidad política uruguaya es mediocre, con poca visión de futuro, con reducida grandeza y empantanada en discusiones menores. No son pocos los que creen que los corruptos que tiene el sistema contaminan al resto y así —con izquierda en el poder— se concluye que “son todos iguales”.

La verdad nunca es absoluta. Lo cierto es que mucha gente capacitada ya no viene a la actividad política. Bien porque desgasta, bien porque no cree que los salarios valgan la pena, bien porque tiene temor a salir “quemada”. Las elecciones juveniles en los partidos históricos, empero, fueron un soplo de idealismo maravilloso casi, casi mágico.
Cierto es, también, que comparados con el resto de la región, las cosas no están tan mal. Pero eso es hacerse trampas al solitario porque la región es muy poca cosa en el concierto democrático internacional (Chávez, Morales y la familia Kirchner, dan risa en Europa).

Parte del desgaste estriba en que durante años hubo una fuerza de oposición que a cualquier precio mancilló honor, nombre y vidas de mucha gente. Algunos merecían ser estigmatizados, los más fueron personas que estaban en el lugar equivocado a la hora equivocada cuando el Frente Amplio decidía hacer añicos a los partidos históricos fuera al precio que fuera. Así, en el terreno sin retorno en el que las paredes descalificaban, los panfletos acusaban, los titulares de cierta prensa “escrachaban” y los parlamentarios relataban la “corrupción” de fulano o de mengano, con una militancia que sólo se asemejaba al escarnio público, se construyó una satanización perfecta. Había tanto odio, que hubo épocas —hace muy poquito— en las que la vida cotidiana de muchos se hacía imposible y dolorosa, y lo digo desde la experiencia personal, no estoy fabulando nada por cierto. Defender con coraje a los gobiernos colorados era sinónimo de traidor a la patria para mucho dogmatismo de izquierda.

Por estos días, el Ministro de Economía reconoció públicamente que muchas veces se equivocaron como partido en esas posiciones en las que difamaban el buen nombre y el honor de ciudadanos de este país. Ahora, el Ministro dice lo que presumíamos: que en realidad se trataba de acciones que se llevaban a cabo con conciencia del daño inferido. Astori —ahora— reclama que se depongan las armas y que se levante el nivel. Ahora, después que la sangre recorrió todo el terreno, formula semejante reclamo. Llega tarde, Danilo.

Veinte años acusando de “rosca” primero y luego de “corruptos blanqui-colorados” que, según ellos, hasta hacían que el Estado tuviera “olor a joda”. Tales eran los verbos frenteamplistas que se conjugaban. Es cierto, el hoy Ministro de Economía no enlodaba personalmente, pero su “fuerza política” vivía en ese festival y él tenía también responsabilidad en todo aquello. Ahora dice que asume el error. Repito: es tarde.
Fueron veinte años en los que, por cierto, hubo equivocaciones, y donde alguna gente traicionó el sentido de servicio de los partidos históricos, pero fueron veinte años de demonizaciones en los que la izquierda incendió el Uruguay, montando una campaña de difamación que pulverizó dignidad, honor y vidas de mucha gente.

Cuando uno advierte que ya hay apellidos quemados en la propia izquierda; que ya hay funcionarios de gobierno que son puro viaje y pura “gauche caviar”; que hay servicios de inteligencia en la propia izquierda que cazan a pichones de corruptos; que hay negocios con países, como Venezuela, donde nadie sabe el total de los acuerdos que allí se hacen, cómo se pagan y cuánto salen; que hay premios a funcionarios por lo bien que se portaron con los asuntos del pasado de la vida privada en conflicto con el poder (el Dr. Toma en la Secretaría de la Presidencia es exquisitamente obsceno); en fin, uno no puede menos que advertir que hay patologías que ya se instalaron en la izquierda de una manera mucho más rápida de lo normalmente imaginable.

Habrá que esperar un tiempo para ir viendo cómo algunos jueces valientes —que los hay— empiezan a citar a unos cuantos figurones gubernamentales que más de uno sospecha que andan en “negociados”. Recién allí nos enteraremos de todo. Al final, la verdad siempre sale a flote y no es necesario montar toda esa cosa horrenda que la izquierda hacía para saber quién presumiblemente infringía la ley. Porque la política también tiene valores morales que debe respetar siempre. Se esté en el gobierno o se esté en la oposición.

miércoles, febrero 06, 2008

AÑO CON TEMBLOR

(Publicado - El Observador - 6/02/08)

Va a ser un año malo, lleno de arremetidas gubernamentales inconexas, mezclado con la política electoral del gobierno y en medio de una crisis económica planetaria que sólo acá nos cuentan que no va a tener repercusiones. Se viene el temblor, ahora no hay dudas.

El gobierno no supo laudar entre el capital y el trabajo. Creyendo que había demasiado poder en las patronales, ambienta una legislación laboral que daña el derecho de propiedad (con un modelo harto discutible de “ocupaciones” legales) y ahuyenta la inversión que no aterrizará en un terreno de alta conflictividad, y donde ya se sabe quién tiene la razón de antemano. Todos reconocen que este año va a ser más tenso, con más conflictos que el año anterior, sin embargo los dados están echados y nadie hará nada.

Las mordidas tributarias a los bolsillos de la gente llegarán a su apogeo, entre IRPF y el nuevo modelo de salud, más contribuciones y patentes. La clase media ya está enfurecida y siente que fue traicionada. Mientras que Zapatero en España, baja el IRPF y subsidia a los trabajadores y a los jubilados con 400 euros por persona, acá la fiesta consiste en sacarle más plata a la ciudadanía trabajadora dentro de un ciclo que -hasta ahora- era expansivo en la economía nacional pero que ya sabemos que se está complicando.

La trancada planetaria de las bolsas inevitablemente nos pegará fuerte y mal en algún lado. No es fácil orientarse por dónde pero no es sensato afirmar que acá no pasará nada, como que fuéramos Marte, alejados de la Tierra. Es ofensivo para la inteligencia de cualquier uruguayo, porque es obvio que el ciclo exportador estará amenazado, así como el sistema financiero tendrá coletazos inevitables y ni qué hablar de las inversiones. Pensar otra cosa no es posible y es mentirle a la gente.

La relación con la Argentina seguirá con problemas. La presidenta argentina y el presidente uruguayo no parecen mostrar la más mínima señal de aceitar las relaciones dañadas por la instalación de la pastera uruguaya. Desde episodios laterales hasta amenazas comerciales de fondo, todo puede suceder con un gobierno argentino que no se caracteriza por la tolerancia y la ductilidad diplomática ante el mundo. Solo verlos discutir con los Estados Unidos alcanza para entender el lío en el que estamos. (Pusieron en un “corralito” al embajador norteamericano en Buenos Aires y lo liberan de vez en cuando como señal de apertura…)

Los gremios, por su parte, como se sienten aliados del proyecto político oficialista, en la pública van a vociferar todo lo que puedan y marcarán algún perfil para mostrarse "íntegros", pero en la privada matearán con el gobierno, encontrando soluciones a buena parte de sus reclamos corporativos sin medir demasiado si el sector privado tiene espaldas para esas aventuras. La fiestita sigue y nadie sabe quién pagará las cuentas…

El panorama no es alentador. Y esto que afirmo acá lo puede advertir cualquiera. Es casi obvio. Con un agregado delicado: el desempoderamiento presidencial no ayudará para nada. Es presumible que algunos actores del gobierno se desmarquen dialécticamente al principio y tácticamente, luego de la defensa a ultranza de Dr. Vázquez, porque creerán que a la disconformidad hay que cobijarla sea como fuere. El Presidente ya no tiene cómo amonestar, ya no importan demasiado los cargos de gobierno y ya no tiene poder para vetar adentro del Frente Amplio. Las miradas hacia el príncipe heredero (el candidato frentista) serán el nuevo eje de poder real que procesará la coalición de gobierno. El Dr. Vázquez deberá ir prendiendo velitas para que el candidato frentista sea alguien con buena onda con él.

La oposición debiera entender que es un año hiperdelicado y por ello hay que actuar con sentido patriótico y notoria inteligencia. Esto implica recorrer el camino de la búsqueda del poder en un prisma maduro. Lo que no requiere dejar de marcar las diferencias, por cierto, pero sin incendiar el país como sí hacían ellos cuando querían ganar siendo los amos absolutos del No a cualquier cosa que se hiciera en el país. Hay que ser distintos también en eso.





viernes, febrero 01, 2008

BIBLIOTECAS, MUSEOS Y OFICINAS CON WI FI

(Publicado - EL PAIS - 1/02/08)

Proponen ampliar el sistema Wi Fi
Museos, terminal de Tres Cruces, bibliotecas

El diputado forista Washington Abdala le propuso a la presidenta de Antel, María Simon, extender el sistema Wi Fi a lugares de gran concentración de público. Abdala habló con Simon del tema y esta semana le envió una carta con su propuesta.

El sistema Wi-Fi (Wireless Fidelity) permite la conexión inalámbrica a Internet.

Abdala le dice en la carta que ve "con buenos ojos" que se haya instalado el sistema Wi Fi en zonas turísticas, y le sugiere incrementar la presencia de este tipo de conexión en áreas culturales, como las bibliotecas del Estado, la Biblioteca Nacional y del Palacio Legislativo, museos públicos, la terminal de Tres Cruces, ministerios, empresas públicas y las intendencias.

"Hay departamentos como Florida, tal cual usted me lo comentara, que ya avanzaron en el tema alcanzando resultados positivos. Quiere decir que el asunto es posible, lo que de por si ya es una buena nueva", dice Abdala en la carta a Simon.

Y agrega: "Hay que reconocer que el Plan Ceibal ha sido un acierto. Quizás el programa vaya a una velocidad todavía no ideal para alcanzar la cobertura que se aspira en el plazo pensado. En este sentido la ampliación de las zonas Wi Fi en el sistema educativo público es otro paso a no desdeñar y ayudaría a recorrer una línea de más participación de los educandos".

"Uruguay debe tener más áreas Wi Fi por diversos lados. Esa es una señal de inserción en el mundo y de aprovechamiento de lo que la globalización ofrece. El Estado, nuestra empresa de telecomunicaciones, puede ser un promotor de estas palancas del desarrollo inicial que luego, y junto al sector privado podrán recorrer el camino de la mejor forma posible a los intereses de todos", termina el legislador su carta a Simon.

miércoles, enero 23, 2008

¡TERMINEN CON LA SANATA!

(PUBLICADO - EL OBSERVADOR 23/01/08)

El maquiavelismo y la intolerancia del gobierno hacia la mayoría del país sigue tan campante como el primer día en el que se inauguraron en su misión refundacional. Ahora les toca descubrir los desfasajes salariales en la Administración Pública, y siguen responsabilizando a la “herencia” recibida por no poder hacer los cambios que durante una vida prometieron si alcanzaban el poder.
El subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, en diversos reportajes concedidos a medios de prensa nacionales, habla de “chacras”, de “inercias institucionales”, de “incapacidad” en el Estado. Habla, también, de que los gobiernos anteriores subieron el gasto del Estado. En fin, el señor Conrado Ramos habla de todo, y cual bebé, en esos primeros meses en que descubre el sonajero, nos señala una serie de grandes y gigantescas promesas que —ya sabemos— se las llevará el viento, como a tantas cosas en este país. (Por cierto, de sus relaciones carnales con los sindicatos no abre la boca y vaya que esa fiestita le está costando cara al país.)
Lo que resulta increíble es que se siga con la historia del gobierno recibido, del “populismo de derecha”, cuando ya se está empezando a terminar éste (se comió el 60 %) y cuando, además, este gobierno se ocupó de incrementar el gasto público de manera grosera (¡sólo en 2007, más de 300 millones de dólares!). El populismo de derecha es otra cosa que nunca pasó por el Uruguay…
El señor Ramos, además, no contento con sus correrías dialécticas, ahora se despachó con que los sueldos de los funcionarios de gobierno políticos “son bajos”. Ahora los quiere subir, según consigna en otro de sus reportajes estivales de la última semana. ¿Y qué dijeron durante toda una vida al respecto? ¿No era que eso no era “políticamente correcto” y, por ende, se subían en el discurso contrario? ¿Cómo se compadece ese talante con el de Mujica, que quiere que el gobierno tenga un grupo de mochileros y voluntarios sociales en los cargos de gobierno? ¿Quién nos dice la verdad: el jerarca de O.P.P. o los líderes del M.P.P?
Jorge Larrañaga se preguntaba la semana pasada si se estaba tomando por estúpida a la gente con los planteos que se hacían respecto de la reelección, con sus marchas y contramarchas y con todo su paupérrimo arsenal jurídico. Se quedó corto el Presidente del Honorable, porque ya están llegando a un grado en el que cualquiera en el oficialismo puede decir cualquier cosa y ello forma parte de una diversidad “enriquecedora” (como señalara un politólogo) del caos que tiene el gobierno en su presentación pública.
En el fondo, existe tal grado de mesianismo gubernamental, tal grado de dogmatismo militante, que parecen creer que el Estado es apenas una herramienta para alcanzar los proyectos de poder en los que confían, aunque resulten incompatibles, poco sustentables y demagógicos. Eso no es medular. Están francamente convencidos de que vienen a hacer “el bien” y por eso son tan peligrosos, porque no admiten ninguna cuota de relativismo en sus supuestas visiones. Se sienten autorizados casi a cualquier cosa…
Por eso todo se justifica en sus miradas. Los emigrantes ahora son “estructurales”, cuando antes eran responsabilidad de los desastrosos gobiernos de los colorados y los blancos. Ahora la pobreza tiene dignidad, cuando antes era una vergüenza nacional. Ahora los corruptos son “muchachos de barrio que andan por mal camino”, cuando antes eran unos delincuentes que afanaban con la complacencia de los líderes políticos. Espero que la ciudadanía esté viendo todo esto y se haga una idea acabada de cómo estamos cayendo.
Por suerte no van a poder argumentar que alguien les obstruyó nada. Tuvieron el balotaje de entrada y —consecuentemente— mayoría parlamentaria. Si le están saliendo las cosas mal, es pura incapacidad intrínseca. Allí ya no habrá más sanata que meterle a nadie.

viernes, enero 18, 2008

EL PARTIDO COLORADO QUE QUIERO

El Partido Colorado que yo quiero se ocupa de armar una propuesta-país para reconquistar el futuro, con ideas modernas que nos permitan meternos en el modelo productivo de una vez por todas. Lo que hizo Don José Batlle y Ordóñez en su época debe ser el santo y seña de los nuevos tiempos. Sólo con “lo concreto” se le habla al ciudadano. La gente está harta de los “versos” políticos; ahora hay que plantear lo que haremos en las cinco áreas centrales de la vida del país y tomar ese derrotero como ruta principal sin desviaciones. Y hablar a toda hora y en cada esquina; sólo así, con humildad y firmeza, se recupera terreno. No es ésta una hora para especular, es la hora de dar.
El Partido Colorado que yo quiero aprendió la lección de las batallas suicidas entre la 15 y la 14, aprendió la lección de las internas fratricidas entre Tarigo y Batlle. No se pueden restañar heridas si las mismas fueron mortales, luego no hay bandera que cobije tanto enojo. Se trata, entonces, de entender que dentro de la diversidad de opiniones, dentro de los matices y dentro de los perfiles distintos todo es posible, pero siempre bajo la regla del respeto recíproco. Cuando la ciudadanía nos visualiza encrespados entre nosotros mismos, la gente se aleja. La gente, entonces, tiene razón; por eso es hora de consolidar un clima inteligente y considerado de todos hacia todos, dentro de la gran familia colorada. No hay opción para otro enfoque.
El Partido Colorado que yo quiero sabe que debe hablar con el Partido Nacional, porque en algún momento se hará imprescindible que exista diálogo entre ambas colectividades históricas de cara al futuro republicano en el que hay que entrar en poco tiempo. No se trata de perder nuestros perfiles, no se trata de dejar atrás nada; al contrario, cada vez más batllistas, pero pensando que hay un bien superior a resguardar que es la patria. Y pensando siempre que tenemos que ganar, y si ganamos sería fantástico contar con el concurso nacionalista; y si ganan ellos, sería fantástico que en la segunda vuelta tuvieran nuestro apoyo. Para eso está el ballotage, para tener esas conversaciones a posteriori de la primera vuelta.
El Partido Colorado que yo quiero sabe encauzar el fervor militante de una nueva generación que se metió en política para servir al país bajo los más puros principios de la misma. A toda esa nueva generación hay que abrirle la cancha, hay que darle instrumentos para que crezca dentro de la gran familia garibaldina y no hay que envilecerla con las patologías de la política. Esa generación se emociona con las pistolas de Brum y con el asesinato de Grauert; pero más se tendrá que emocionar con el armado de un país que debe volver a ser tolerante, abierto y respetuoso hacia todas las voces. Sólo los jóvenes nos “embalan” en las aventuras del futuro. Motivemos ese accionar; nos hará bien a todos y salvará al país de esta ola de prepotencia en la que el gobierno nos hace vivir día a día.
El Partido Colorado que yo quiero cuida a los más veteranos, a ésos que hicieron el Uruguay, a ésos que trabajaron toda su vida y que un día loco de invierno, un gobierno les arrebató lo que se habían ganado con su trabajo de toda una vida. Vamos por la Enmienda Constitucional a luchar y a firmar para frenar este atropello salvaje que es inconstitucional y que ofende por su encare tan brutal. Todos podemos firmar y hay que dar vuelta el Uruguay con esta bandera. El gobierno entrante debe tener este puente de bienvenida.
El Partido Colorado que yo quiero integra el aporte de todos, no siente que nadie tenga que tener más derechos que otros para estar en la política. Ni los más expertos, ni los más humildes… nadie puede estar proscripto en la casa de los colorados.
A ventilar entonces nuestro hogar, a inhalar todo el aire libertario del mundo, porque los tenemos que inundar de libertad a estos muchachos del gobierno para que se retiren silbando bajito y no retornen por un buen tiempo. Ya hicieron demasiadas macanas como para que a alguno se le ocurra renovarles el vale. Ahora que los conocimos, hay que ayudarlos a que se vayan. Fue demasiado.

miércoles, enero 09, 2008

LA LENTITUD DEL URUGUAY

PUBLICADO - EL OBSERVADOR 9/01/08

LA LENTITUD DEL URUGUAY
Washington Abdala
Tres de enero, un local comercial de comidas en la costa este uruguaya. Turistas argentinas que quieren pagar la cuenta de lo que consumieron. Insistente actitud para que algún mozo se les acerque a traerles la factura y poder abonar. Pasan los minutos, largos minutos y nadie las atiende. De repente, una de las turistas le comenta a la otra: “sacate la ansiedad, acá todo es lento, ese mozo en Buenos Aires no duraría ni diez minutos. Disfruta la lentitud, los uruguayos son así”.
Una de las peores cosas que tenemos como pueblo es ufanarnos de nuestros defectos de manera estúpida hasta ubicarlos casi, casi, como virtudes. La lentitud es una característica que muchos la confunden con la “moderación” como si tuvieran algún punto de contacto.
Todo es lento en nuestro país. Todas las discusiones son recurrentes y los abordajes de casi todos los temas son en clave de letanía militante. Discutimos siempre las mismas cosas. Hasta nuestro fútbol es terriblemente lento, basta cruzar el charco para ver cómo se juega a otro deporte en la Argentina. O en Brasil que juegan a otra cosa que nada tiene que ver con lo que vemos por acá.
Por estos días tengo amigos que han procurado información en la comuna capitalina sobre patentes y nadie se dignó a informar en tiempo y forma. No, la lentitud en su reinado máximo, total por estos días está justificada –aún más- dejar las cosas para más adelante, estamos en los primeros días del año y nada debe arrancar porque nada lo justifica. ¡Qué apuro hay si recién estamos arrancando!
Aquella máxima de “nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” en esta tierra está invertida con la complicidad colectiva de todos.
En nuestro país la gente nunca llega puntualmente a casi ningún lugar. Arribar media hora tarde no es ni siquiera motivo de preocupación. Está dentro de lo tolerable, y lo curioso es que el infractor ni siquiera tiene conciencia de su error porque en los hechos no es penado ni criticado. A veces, muchísimos proveedores de servicios viven en tal informalidad que no pueden precisar, a lo largo del día, a qué hora van a pasar por los hogares uruguayos a arreglar el artefacto que sea. Hay que esperarlos como a los Reyes Magos todo el día y prender velas para que no dejen para el otro día su visita. Nadie se queja, asumimos que es así.
Las clases en la educación uruguaya casi nunca empiezan en hora y está plagado el sistema de liceos en los que los profesores pasan salteado por sus cursos. Sin embargo, no pasa nada. Es así, se sabe que faltan, pero nadie hace nada.
En el Parlamento, faltaba más, nunca se arranca en hora la sesión que está fijada a las 16 horas. Siempre la tolerancia llega a media hora o más. Y los temas del orden del día nunca se cumplen. A nadie le parece extraño, es simplemente nuestra forma de ser, dicen algunos, procurando justificar lo injustificable.
Es que en el fondo hay una falta de respeto por el otro cuando se llega tarde, o no se llega nunca a las citas convenidas. Es creer que el tiempo de los demás no vale. Es asumir que todo es lo mismo y que no pasa nada con llegar tarde porque total el tema es llegar a alguna hora. Entre mate y mate y mirando el horizonte, la vida nos va pasando…
Parecerá un tema menor, pero un país no se puede superar si no se introducen cambios culturales que modifiquen comportamientos inmaduros de su gente.
Hace algún tiempo, en Israel, en una visita que hicimos varios parlamentarios nacionales tuvimos la ocasión de reunirnos con Shimon Peres. La reunión empezó a las once de la mañana y tenía que terminar a las doce menos un minuto porque a esa hora ingresaba Colin Powell. Si hubiera sido en Uruguay, Colin Powell se hubiera tenido que ir a La Pasiva a comer unos panchos, porque la reunión nunca habría arrancado en punto a las doce, dada la impuntualidad con la que nos movemos los uruguayos.

PROPUESTA PARA AYUDAR A DESTRABAR EL NEFASTO CLIMA ENTRE URUGUAY Y ARGENTINA

PROPUESTA PARA AYUDAR A DESTRABAR EL NEFASTO CLIMA ENTRE URUGUAY Y ARGENTINA

Montevideo, 8 de enero de 2008.

Señor
Presidente de la República,
Dr. Tabaré Vázquez.

De mi consideración:

Es un dato de la realidad que el conflicto uruguayo-argentino se encuentra bloqueado y no se pro-ducen acciones que busquen aproximar a las partes. El escenario se mantiene incambiado.
Es otro dato evidente que los Poderes Ejecutivos de ambos países no pueden o no logran recorrer caminos de aproximación entre ambas naciones. Cada instancia de encuentro entre los presi-dentes de nuestros países se transforma en momentos de tensión donde el mal ambiente se impone y nadie queda satisfecho. El episodio de la asunción de mando de la presidenta Cristina Fernández fue lo suficientemente desagradable para el Uruguay como para no reparar en la com-plejidad que estamos viviendo.
Desde nuestra orilla, todo se visualiza negativo en relación a lo que hace el gobierno argentino, y desde la otra, sucede lo propio con el gobierno uruguayo. Las confianzas mutuas ya no existen, negarlo sería faltar a la verdad. Por eso estoy convencido de que sólo una tarea de buena voluntad en la que la sociedad civil, los partidos políticos y los intelectuales brinden su aporte, permitirá alcanzar un “clima” que luego logre ambientar la solución final al conflicto.
Es curioso, porque cuando nos alejamos de la pasión circunstancial y del enojo del día a día que nos produce este conflicto, en realidad, nadie como los uruguayos y los argentinos tenemos tantas cosas en común como para procurar mantenerlas a salvo. Sería recurrente recordar aquí todo lo que nos une. Por algo en el exterior no se advierten diferencias entre las formas de ser y de hablar de nuestras regiones.
Por eso, Señor Presidente, le propongo que nos brinde el visto bueno para empezar a buscar una instancia en la que diversos protagonistas que desean el entendimiento entre ambas naciones se pongan a trabajar, para ir, de esa forma, balizando un camino que, a la larga o a la corta, tendrá que ser inevitablemente de entendimiento.
En este sentido, los Parlamentos hasta ahora no han hecho nada para ayudar a destrabar la si-tuación. Por eso considero que las Comisiones de Asuntos Internacionales del Parlamento uru-guayo, tanto del Senado como de Diputados, así como las del Parlamento argentino podrían ser las disparadoras de una iniciativa de aproximación. Allí hay parlamentarios del Gobierno y de la oposi-ción en ambas orillas que coinciden en la necesidad de terminar con esta situación cuanto antes.
La intención sería generar un clima de imprescindible respeto y diálogo que nuestras naciones no pueden permitirse el lujo de evitar.
Estas Comisiones convocarían a un grupo de intelectuales argentinos de la dimensión de Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona y Nelson Castro, y del lado uruguayo a Mauricio Rosenkof, Carlos Maggi y Lincoln Maiztegui para solicitarles la elaboración de un “Documento marco” en el que los dos países se sientan identificados y empiecen a emitir señales de aproximación. (Esta nómina es sólo tentativa y cada parte tendrá la libertad de suministrar los nombres que entiendan perti-nentes).
A posteriori de la elaboración de ese documento, se convocaría a un encuentro en el que deberían participar referentes de la sociedad que tienen enorme peso y ascendencia sobre el conjunto de las dos sociedades.
Seguramente habrá quienes entiendan que convocar a ciudadanos ajenos a las artes de la política sería “frivolizar” este complejo asunto. No comparto esa postura porque, aunque guste más o menos, diversos protagonistas de nuestra sociedad tienen mucha más capacidad de influencia que muchos profesionales de la diplomacia o de la política.
¿Por qué no anhelar que Enzo Francescoli y Diego Maradona participen de una reunión de este tipo y se comprometan a “empujar” para encontrar una solución negociada en el más breve plazo posible? ¿Por qué no solicitarles a Natalia Oreiro y a Susana Giménez que brinden su granito de arena para ayudar a ambientar un clima que día a día se degrada cada vez más y que en cualquier momento nos va a noticiar alguna tragedia?
Habrá quien considere esta propuesta como utópica, pero a esta altura cuando los caminos di-plomáticos están tan mal posicionados, cuando la respuesta de La Haya va a demorar mucho en llegar, cuando, además, el daño que se produjo en Gualeguaychú y Fray Bentos es espantoso, se impone empezar a actuar y a soñar en grande.
Señor Presidente, sólo los que se encierran en la mediocridad de lo cotidiano y se dejan ganar por las pasiones no alcanzan las mejores soluciones para su pueblo.
Señor Presidente, si usted lo entiende pertinente nos pondríamos a trabajar para concretar estos encuentros, inicialmente parlamentarios, que serían una plataforma concreta para ir llegando a un clima amigable que se impone para luego producir la propuesta de negociación definitiva.
Sin más, lo saludo atentamente.

Dr. WASHINGTON ABDALA
Representante Nacional