(Publicado - El Observador 14/06/06)
El reportaje al Presidente de la República en “Código País” demuestra el pobre rendimiento del primer ciudadano cuando tiene que demostrar un mínimo de solvencia y conocimientos básicos sobre los asuntos centrales de la nación.
En lo único que apareció sensato fue en el diferendo con la Argentina. Allí buscó recorrer la línea del entendimiento post La Haya, el cual es un recorrido imprescindible para el país. Por suerte abandonó esas frases tangueras que frívolamente pueden aparecer inoportunas en un momento por demás delicado de la vida del país en la región .
Fue terminante con la política del Cr. Astori, a quien apoyó de manera ostensible, al tiempo que relativizó su respaldo hacia Mujica. Los dados están echados en el gabinete: la movida la sigue ganando el ministerio de la calle Colonia. Será por conveniencia, será por necesidad, será por lo que fuere, pero tal es lo que se desprende de sus palabras. Ahora en mi visión ya no quedan dudas: en algún momento no lejano el Pepe volverá al Parlamento, nadie puede vivir la vida corriendo siempre de atrás sin cosechar algún éxito. Sin respaldo no va a continuar y ese será un momento crítico para este gobierno porque las aguas se van a agitar. El país va a sufrir las consecuencias de este contencioso y el Presidente no viene sabiendo laudar una pelea que a todos los ciudadanos nos va a complicar la vida.
En materia de seguridad ciudadana, el Presidente no dijo toda la verdad las rapiñas y los hurtos, o sea los delitos más frecuentes, son los que han aumentado, y son los que más preocupan al grueso de la ciudadanía. No hace bien el señor Presidente al no relatar toda la verdad porque esto no es una sensación térmica. Su investidura requiere de otra postura, más seria, asumiendo que la seguridad es un verdadero escándalo para este gobierno, por lo que el actual ministro, ya no caben dudas, no es más el hombre para esa posición. Diaz no le brinda tranquilidad a la ciudadanía. ¿Cómo hay que decírselo, señor Presidente?
En relación al capítulo Gonzalo Fernández, fue penoso sentirlo defender la legalidad por no poderse afirmar en un cien por ciento en la moralidad del comportamiento de este funcionario. No es feliz cuando un país tiene que vivir la indelicadeza que un jerarca con rango ministerial conduzca un estudio jurídico que pelea contra el propio gobierno que integra y representa. Eso nos ofende a todos. Y más nos ofende el Presidente cuando habla del sueldo de 1.500 dólares del señor Secretario de la Presidencia casi de manera despreciativa. Cómo se ve que la plata para ambos funcionarios tiene otra dimensión.
Por cierto, poco atinados fueron sus comentarios sobre el tenis, la pintura y los caballos. Todo para mojarle la oreja a los ex presidentes. Eso es jugar en la cancha chica. Sería correcto entonces tomarle la palabra, señor Presidente, y que usted efectivamente ejerciera la medicina como hobby. No es lindo verlo a usted siendo empleado de entidades mutuales que dependen indirectamente de su gobierno. Eso le hace mal a usted y genera suspicacias que siempre conviene aventar. Serlo y parecerlo, querido presidente. Ya que lo dijo, hágalo. Eso le va a hacer bien a su investidura.
En relación a la reelección nos brindó otro triste espectáculo. No solo no la desestimó sino que la dejó para analizar más adelante, con lo cual erosiona y reduce su rol presidencial y se transforma en un cuasi-candidato más. Hace unos años cuando se hablaba de este tema su fuerza política se ponía de punta con estos planteos. En 1971 fueron terminantes. En la última reforma constitucional incendiaron la pradera con los llamados “superpoderes” presidenciales. Y ahora, como empezó la tentación del sillón, conviene empujar el tema a futuro “porque no son tiempos electorales”. Fea actitud de alguien que lleva solo quince meses y ya piensa en la posibilidad de prorrogarse en y desde el poder. Que se vayan despidiendo, entonces, todos los aspirantes a sucesor. Acá se viene la búsqueda por consolidar el poder personal de Vázquez y quien no comulgue con esa forma de ver e interpretar el mundo habrá de ser considerado enemigo de la patria. Y pensar que algunos creyeron que se venía un Felipe González a la uruguaya.
En lo único que apareció sensato fue en el diferendo con la Argentina. Allí buscó recorrer la línea del entendimiento post La Haya, el cual es un recorrido imprescindible para el país. Por suerte abandonó esas frases tangueras que frívolamente pueden aparecer inoportunas en un momento por demás delicado de la vida del país en la región .
Fue terminante con la política del Cr. Astori, a quien apoyó de manera ostensible, al tiempo que relativizó su respaldo hacia Mujica. Los dados están echados en el gabinete: la movida la sigue ganando el ministerio de la calle Colonia. Será por conveniencia, será por necesidad, será por lo que fuere, pero tal es lo que se desprende de sus palabras. Ahora en mi visión ya no quedan dudas: en algún momento no lejano el Pepe volverá al Parlamento, nadie puede vivir la vida corriendo siempre de atrás sin cosechar algún éxito. Sin respaldo no va a continuar y ese será un momento crítico para este gobierno porque las aguas se van a agitar. El país va a sufrir las consecuencias de este contencioso y el Presidente no viene sabiendo laudar una pelea que a todos los ciudadanos nos va a complicar la vida.
En materia de seguridad ciudadana, el Presidente no dijo toda la verdad las rapiñas y los hurtos, o sea los delitos más frecuentes, son los que han aumentado, y son los que más preocupan al grueso de la ciudadanía. No hace bien el señor Presidente al no relatar toda la verdad porque esto no es una sensación térmica. Su investidura requiere de otra postura, más seria, asumiendo que la seguridad es un verdadero escándalo para este gobierno, por lo que el actual ministro, ya no caben dudas, no es más el hombre para esa posición. Diaz no le brinda tranquilidad a la ciudadanía. ¿Cómo hay que decírselo, señor Presidente?
En relación al capítulo Gonzalo Fernández, fue penoso sentirlo defender la legalidad por no poderse afirmar en un cien por ciento en la moralidad del comportamiento de este funcionario. No es feliz cuando un país tiene que vivir la indelicadeza que un jerarca con rango ministerial conduzca un estudio jurídico que pelea contra el propio gobierno que integra y representa. Eso nos ofende a todos. Y más nos ofende el Presidente cuando habla del sueldo de 1.500 dólares del señor Secretario de la Presidencia casi de manera despreciativa. Cómo se ve que la plata para ambos funcionarios tiene otra dimensión.
Por cierto, poco atinados fueron sus comentarios sobre el tenis, la pintura y los caballos. Todo para mojarle la oreja a los ex presidentes. Eso es jugar en la cancha chica. Sería correcto entonces tomarle la palabra, señor Presidente, y que usted efectivamente ejerciera la medicina como hobby. No es lindo verlo a usted siendo empleado de entidades mutuales que dependen indirectamente de su gobierno. Eso le hace mal a usted y genera suspicacias que siempre conviene aventar. Serlo y parecerlo, querido presidente. Ya que lo dijo, hágalo. Eso le va a hacer bien a su investidura.
En relación a la reelección nos brindó otro triste espectáculo. No solo no la desestimó sino que la dejó para analizar más adelante, con lo cual erosiona y reduce su rol presidencial y se transforma en un cuasi-candidato más. Hace unos años cuando se hablaba de este tema su fuerza política se ponía de punta con estos planteos. En 1971 fueron terminantes. En la última reforma constitucional incendiaron la pradera con los llamados “superpoderes” presidenciales. Y ahora, como empezó la tentación del sillón, conviene empujar el tema a futuro “porque no son tiempos electorales”. Fea actitud de alguien que lleva solo quince meses y ya piensa en la posibilidad de prorrogarse en y desde el poder. Que se vayan despidiendo, entonces, todos los aspirantes a sucesor. Acá se viene la búsqueda por consolidar el poder personal de Vázquez y quien no comulgue con esa forma de ver e interpretar el mundo habrá de ser considerado enemigo de la patria. Y pensar que algunos creyeron que se venía un Felipe González a la uruguaya.
2 comentarios:
mirá que perdes el tiempo...andá a laburar
pero bala, si el pibe éste ni siquiera debe visitar su blog... obviamente los posts se los sube la secretaria.
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